viernes, 30 de marzo de 2012

Let's go back to the start.

Nadie dijo que sería fácil.
Nadie aseguró dicha, ni tranquilidad o paz. Nadie pudo prometer bienestar o felicidad eterna.

Al fin y al cabo, ha de haber un equilibrio: cuando todo va bien, algo se torcerá para equilibrar la balanza de nuestra existencia. Y lo contrario ocurre cuando vas cayendo, necesariamente sucede algo bueno para paliar el golpe. Así, vamos avanzando lentamente, a base de caídas rápidas y parones en seco, salvavidas y paracaídas que suelen abrirse a un metro del suelo. Poco a poco nos hacemos a la idea de que siempre será así, y el susurro confidencial de "sólo es una mala racha" deja de enfurecernos o calmarnos.

Todo evoluciona, todo avanza, todo sigue. Volveremos a caer y a levantarnos, porque no aprendemos a esquivar los golpes. ¿Por qué? Sencillo: nos hacemos sabios ante el fracaso y el error, si dejáramos de equivocarnos no sabríamos levantarnos con más fuerza. No todo el mundo consigue resistir, no todo el mundo es fuerte. Pero vamos recomponiéndonos poco a poco, con paciencia, asumiendo que la vida es injusta y cruel, que vivir es fácil y sobrevivir, complicado (pero no imposible).

Lo fácil no llena, no completa ni satisface. Y con todo, creo que es necesario recordar que para sobrevivir a algo, primero hay que vivirlo. Vivir al máximo, cayendo y levantándonos cada vez. Si en algo se basa la felicidad es en experimentar todo tipo de sensaciones y vivencias. Y cuando todo va mal, ya sea por la teoría de la balanza equilibrada, o por la de aprender a base de caídas, sabemos que al final, habrá calma, habrá paz.

Vivamos, porque todo va a acabar bien. Y si no, es que no es el final todavía.

domingo, 18 de marzo de 2012

¿Cielo? Podemos ir más allá


Podemos ir a cualquier lugar que queramos. Podemos ir a los espacios sostenidos en un tiempo detenido que se crean cuando retumba Californication. Podemos ir a las noches estrelladas con cielos infinitos que corren a cargo de llamas y cera. La oportunidad de huir a evaporar nuestros problemas con la leche hirviendo en un café siempre estará a nuestra disposición. Las polvorientas estanterías llenas de prosas y versos nunca cerrarán para nosotras. Los pomos de las puertas, las llaves no pasadas y los papeles coloridos y mensajeros en las puertas existirán a largo plazo. Las camas y suelos ajenos estarán eternamente vacías si necesitamos ocuparlos a las cinco (antes o después del medio día).

No existe ningún tipo de frontera ni de límite, sólo los que nosotras pongamos. Y por ahora todo propósito tiene luz v e r d e . Así que mientras tanto… ¡qué le den a los escépticos!


viernes, 9 de marzo de 2012

"Siempre me estás salvando".



Todo acaba, hasta la peor de las historias tiene un final. Viene el descanso merecido, el suspiro que te hace respirar de nuevo, el soplo de aire fresco con olor a libertad. Cada ciclo tiene su fin, nada es infinito por más que se empeñen en demostrarnos lo contrario.

Esto es lo que aprendí ayer: el fin llega cuando se solapa con el principio. Llamadlo ángel de la guarda, karma, destino, final de etapa, comienzo de otra. Suerte (que no justicia, ya que nunca llegó a existir algo así), casualidad o, sencillamente, vida. Llamadlo como queráis, pero yo definiré la calma que sigue a la tempestad como unos ojos azules.