sábado, 9 de marzo de 2013

A gritos desde la calle.

 - "¿Me escuchas bien?
 - Sí.
 - De acuerdo:
A ti solo se llega
por ti. Te espero.
Yo sí que sé dónde estoy,
mi ciudad, la calle, el nombre
por el que todos me llaman.
Pero no sé dónde estuve
contigo.
Allí me llevaste tú.
¿Cómo
iba a aprender el camino
si yo no miraba a nada
más que a ti,
si el camino era tu andar,
y el final
fue cuando tú te paraste?
¿Qué más podía haber ya
que tú ofrecida, mirándome?
Pero ahora,
¡qué desterrado, qué ausente
es estar donde uno está!
Espero, pasan los trenes,
los azares, las miradas.
Me llevarían adonde
nunca he estado. Pero yo
no quiero los cielos nuevos.
Yo quiero estar donde estuve.
Contigo, volver.
¡Qué novedad tan inmensa
eso, volver otra vez,
repetir lo nunca igual
de aquel asombro infinito!
Y mientras no vengas tú
yo me quedaré en la orilla
de los vuelos, de los sueños,
de las estelas, inmóvil.
Porque sé que adonde estuve
ni alas, ni ruedas, ni velas
llevan.
Todas van extraviadas.
Porque sé que adonde estuve
sólo
se va contigo, por ti.
(Pedro Salinas).
 - Bajo en cinco minutos".



lunes, 31 de diciembre de 2012

Los días no vividos.

No hay mucho más que decir.

El año llega a su fin, y como todos, hago balance de los acontecimientos. Sopeso los buenos momentos; con un suspiro, recuerdo los "no tan buenos". Repaso cuidadosamente cada mes, cada semana, cada día, cada hora, y entonces, caigo en la cuenta. ¿Qué importa lo ya vivido?

Llevo todo el día rememorando mi 2012, y resulta que lo que más me interesa es pensar en los días no vividos. No puedo evitar imaginar cómo estaré dentro de 365 días, en las mismas circunstancias. Cómo será enero, y febrero, y marzo. Y cada mes. ¿Cómo sobreviviré a otro verano? ¿Iré a un San Juan en Coruña? ¿Haré el maratón de películas de Star Wars? ¿Repetiré piso con ellas? ¿Seguiré siendo una náufraga vagabundeando por la vida?

No quiero seguir recordando paseos bajo la lluvia y tardes con el chico friki, días interminables en la biblioteca o comidas en la facultad. No quiero pensar en el 28 de enero, el 23 de abril o el 8 de mayo; ni siquiera, en el día que volví a Galicia después de las vacaciones. Basta de 2012 y sus descubrimientos en música y literatura; prohibido volver a los rincones de Santiago y las amistades hechas. Se acabó, ya ha terminado, no hay más. Y el único pensamiento que se cuela, el único número capaz de atravesar el muro impuesto, es un 3. Un sencillo y corto 3.
Y sin quererlo, de ahí, vuelve a fluír todo.

2013, y seguimos luchando contra el mundo. Felices días no vividos a todos.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

New Horizons

A estas alturas, cualquiera que lea estas entradas sabrá de sobra que, al menos a una de las tres creadoras, le obsesiona el paso de los meses. Noviembre no iba a ser diferente (por si había dudas).


Pero supongo que algo ha cambiado. Aún no sé bien el qué, pero hoy desperté con la sensación de que el mundo se estaba moviendo de manera distinta; todo estaba en orden y sin embargo un grito mudo rasgaba la realidad.

¿Sería yo misma? Hoy, mi forma de mirar las calles era distinta, y eso que el gris permanente de Santiago reinaba en el cielo; hoy la gente tenía otro aspecto, a pesar de llevar las mismas tonalidades de negro y marrón que todo el otoño. Hoy, la rutina brillaba en el universo y yo consideraba la mañana como el preludio de algo muy importante.

Y entonces, como por arte de magia, en mi ipod sonó el último single que escucharé de uno de mis grupos preferidos. Y la voz de Lacey me susurraba ese cambio a modo de secreto: nuevos horizontes. Hoy es otra oportunidad de modificar algo, de crear el caos a tu alrededor, de hacer un camino distinto para volver a casa. Hoy, como cada día, ha amanecido. Y lo hará hasta el final de los tiempos. ¿Quién dice que no hay segundas oportunidades si hay 365 días al año?

Nuevos horizontes, nuevos cambios diarios. Feliz Noviembre a todo el mundo.



When the time keeps going wrong, we go right.

jueves, 18 de octubre de 2012

Era Octubre


y los fantasmas retornaban todos a la vez. Y ya se sabe:


[...] el coronel no había hecho nada distinto de esperar. Octubre era una de las pocas cosas que llegaban".

                                                                                                                                                                           
                 

                                                                                                                                                                       "El coronel no tiene quién le escriba", G. G. Márquez.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Nadie escucha aquí y, aún menos, nos ven.




Es escuchar los primeros bocinazos y acordes de esta canción y mi piel se eriza. Supongo que es por el hecho de sentirme tan identificada con la letra, por ser capaz de fundirme con su música; quizá sea porque la voz de Santi vuelve a dejarme sin palabras.

Vivir a mil kilómetros del Todo, y de repente, darte cuenta de que la Nada puede convertirse en tu mundo. Pensar que Galicia es mi Universo particular, mi mundo dentro del Mundo, mi rincón; en una sociedad en la que el pasar desapercibido ya no es una desgracia sino un don y la invisibilidad, un deseo de muchos, la oportunidad de tener un Universo Infinito en el que poder olvidar el pasado (2011= 1999) es algo que agradeceré eternamente.

¿Qué nos queda? Encontrar un refugio. Y reunir fuerzas, levantarnos, seguir adelante. Porque si algo he aprendido este año es que no somos perfectos témpanos de hielo: caemos, pero no nos fragmentamos en mil pedazos. No nos derretimos, sobrevivimos.

No sé qué me deparará el año próximo, y empiezo a cansarme de que me quite el sueño. Como ya hice hace casi cuatro meses, voy a dejarme llevar. Además: sólo a veces recuerdo a mi Sur.


jueves, 26 de abril de 2012

ABRIL.


No hay nada más. Abril pasará dentro de cuatro días como otro mes, cansado, rutinario, efímero.
¿Volátil?

Abril, el nuevo Octubre Eterno. Mes de echar de menos, de recomponer ausencias de Marzo. De lluvia (conocida a nivel nacional como "ciclogénesis explosiva"; para nosotras, lluvia), aguaceros y paseos a Follas Vellas. Mes de literatura, papeles amarillos y fragmentos de libros que se cuelan por toda la ciudad; tinta que augura el recuerdo de personajes que nos quitaban el aliento con sus palabras.

Sí, Abril. Abril lluvioso, y seco, y cansado. Abril de nervios y distancia, de Sur y Norte. Madrid, y todo lo que conlleva; Coruña, y todo lo que representa. Santiago, y todo lo que se queda. Mes de la Danza, del Libro, y de rosas rojas y espigas.

Quizá sólo sean 30 días más en mi calendario. Quizá los recuerdos devueltos marchen de nuevo en Mayo y haya que recuperarlos en Junio. De momento, volvemos a ser tres.

Y lo que nos queda.

viernes, 30 de marzo de 2012

Let's go back to the start.

Nadie dijo que sería fácil.
Nadie aseguró dicha, ni tranquilidad o paz. Nadie pudo prometer bienestar o felicidad eterna.

Al fin y al cabo, ha de haber un equilibrio: cuando todo va bien, algo se torcerá para equilibrar la balanza de nuestra existencia. Y lo contrario ocurre cuando vas cayendo, necesariamente sucede algo bueno para paliar el golpe. Así, vamos avanzando lentamente, a base de caídas rápidas y parones en seco, salvavidas y paracaídas que suelen abrirse a un metro del suelo. Poco a poco nos hacemos a la idea de que siempre será así, y el susurro confidencial de "sólo es una mala racha" deja de enfurecernos o calmarnos.

Todo evoluciona, todo avanza, todo sigue. Volveremos a caer y a levantarnos, porque no aprendemos a esquivar los golpes. ¿Por qué? Sencillo: nos hacemos sabios ante el fracaso y el error, si dejáramos de equivocarnos no sabríamos levantarnos con más fuerza. No todo el mundo consigue resistir, no todo el mundo es fuerte. Pero vamos recomponiéndonos poco a poco, con paciencia, asumiendo que la vida es injusta y cruel, que vivir es fácil y sobrevivir, complicado (pero no imposible).

Lo fácil no llena, no completa ni satisface. Y con todo, creo que es necesario recordar que para sobrevivir a algo, primero hay que vivirlo. Vivir al máximo, cayendo y levantándonos cada vez. Si en algo se basa la felicidad es en experimentar todo tipo de sensaciones y vivencias. Y cuando todo va mal, ya sea por la teoría de la balanza equilibrada, o por la de aprender a base de caídas, sabemos que al final, habrá calma, habrá paz.

Vivamos, porque todo va a acabar bien. Y si no, es que no es el final todavía.