Es escuchar los primeros bocinazos y acordes de esta canción y mi piel se eriza. Supongo que es por el hecho de sentirme tan identificada con la letra, por ser capaz de fundirme con su música; quizá sea porque la voz de Santi vuelve a dejarme sin palabras.
Vivir a mil kilómetros del Todo, y de repente, darte cuenta de que la Nada puede convertirse en tu mundo. Pensar que Galicia es mi Universo particular, mi mundo dentro del Mundo, mi rincón; en una sociedad en la que el pasar desapercibido ya no es una desgracia sino un don y la invisibilidad, un deseo de muchos, la oportunidad de tener un Universo Infinito en el que poder olvidar el pasado (2011= 1999) es algo que agradeceré eternamente.
¿Qué nos queda? Encontrar un refugio. Y reunir fuerzas, levantarnos, seguir adelante. Porque si algo he aprendido este año es que no somos perfectos témpanos de hielo: caemos, pero no nos fragmentamos en mil pedazos. No nos derretimos, sobrevivimos.
No sé qué me deparará el año próximo, y empiezo a cansarme de que me quite el sueño. Como ya hice hace casi cuatro meses, voy a dejarme llevar. Además: sólo a veces recuerdo a mi Sur.