"Tranquila, pequeña.
No te lastimes de esa forma, no pienses en ello, no sientas. No dejes que te consuma el miedo, no abandones, no vuelvas atrás, no dejes de aferrarte al presente. No anticipes, no predigas ni profetices. Olvida el futuro y la distancia.
Y si en algún momento crees que todo se viene abajo y te nubla la vista el árido desierto sureño, recuerda la humedad de la lluvia y la sombra de las gaviotas a mediodía; evoca el frío de las noches, los paseos por otras épocas y las escapadas nocturnas.
Y antes de que reacciones estarás de nuevo entre mis brazos, empapada, sin acento alicantino alguno, repleta de viento del Norte.
Así que regresa a casa durante unos días, pero no olvides dónde está tu lugar en el mundo. Vete, pero no me dejes atrás.
Vuelve, pequeña, a tu universo infinito".